Regimen Sanitatis de Arnau de Vilanova (Segunda Parte)
Es evidente que en el Regímen sanítatis, como en el resto de sus obra, Amau de Vilanova es un fiel galenista, siendo su referencia clara el De sanítate tuenda que, sin duda, conoció y utilizó.
No obstante, la de Amau es una producción distinta a la de Galeno, puesto que no se sujeta a una progresión rigurosamente prefijada, sino que recorre las diversas edades de la vida, desde la infancia hasta la vejez, exponiendo el régimen más adecuado para cada una de estas etapas y prestando una especial atención a la gimnástica.
Este planteamiento, basado en el Regímen de las edades, y cuyo punto de partida es el tratado de Galeno aludido, va a ser el fundamento de los diferentes Regímenes sanítatís aparecidos, como ya hemos indicado, a todo lo largo y ancho de la literatura higieno dietética y de salud medieval: Maimónides -cuyo Regímen sanítatís, dirigido al sultán Saladino, fue traducido del árabe al latín por Ermengol Blasi, sobrino de Arnau-, Averroes, Avenzoar, el propio Arnau, y su compañero de claustro en la Escuela de Montpellier, Bernard Gordon, en su De conservanda sanitate (1303). No obstante, la relación que se puede establece entre estas obras y las de Arnau es muy escasa, existiendo tan sólo coincidencias muy concretas con ellas.
Pero sí es obligado considerar la influencia que sobre el Regímen de Arnau ejerció el escrito pseudoaristotélico Secretum Secretorum, tan popular en la edad media. El original árabe traducido en Bagdad a principios del siglo IX dará lugar a dos recensiones: una breve, traducida al latín a principios del siglo XII, en Toledo, por Juan Hispano (Avendaut), y más tarde al castellano; y otra más amplia y difundida, traducida al latín por Felipe de Trípoli, y de la que hará una reelaboración comentada el célebre franciscano inglés Roger Bacon. El contenido básico de esta obra recoge una serie de normas para orientar la conducta de los reyes, que aparecen dictadas por el propio Aristóteles para su discípulo Alejandro Magno. El prestigio del supuesto autor y la amplia gama de consejos recogidos en ella hicieron que fuera la más leída, traducida e imitada del medievo.
En ella se dan reglas de conducta moral y política; se enseña el modo de conocer a las gentes a través de sus caracteres somáticos (fisognómica), y existen también referencias a la astrología y a la adivinación; hay una sección destinada a orientar la vida del monarca en su aspecto físico, por lo que este tratado se convirtió en la base de numerosos Regimína princípum de carácter ético y pragmático; y supuso también, sin duda, una fuente para los diversos Regimina sanitatís. Si lo comparamos con el escrito por Amau, podemos observar claras coincidencias en diversos puntos, especialmente en todo lo referido a las comidas y al ejercicio físico que debe precederlas; pero también abiertas discrepancias, como la positiva valoración que se hace de la siesta en el Secretum ; hecho con el que Arnau se muestra en desacuerdo.
La Isagoge galénica de Ioannitius es otra obra de referencia utilizada por Arnu, y a partir de ella se establecerá el tradicional esquema de las sex res non naturales, contrapuestas a las res naturales -las que constituyen todo organismo viviente-. Aquellas, compuestas por todo lo que afecta al cuerpo de algún modo, y que es causa de salud o su perdida, dependiendo de cómo se aplique. Está muy claro, pues, que para la elaboración de su Regimen sanítatís ad regem Aragonum, Amau de Vilanova se inspira en las fuentes clásicas, a través de los escritos árabes; de manera que el escrito preparado para el rey de Aragón viene a ser la decantación simplificada de una amplia formación libresca, galénica desde luego, templada en la larga e inteligente práctica profesional de su autor.
La influencia de la obra de Arnau será muy apreciable en la mayoría de los tratados del mismo estilo que se redactan a lo largo de los siglos XIV, XV y XVI.
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